Explorando la innovación política: aprendizajes para revitalizar la cultura de la participación en Lasarte-Oria

¿Qué proponemos?

Las experiencias de colaboración en nuestro territorio han sido numerosas y fructíferas. Algunas de ellas han sido locales y muchas otras han trascendido con creces la lógica local. Muchos agentes con experiencia en el euskera, el comercio local, la convivencia, los cuidados, el deporte o la cultura, entre otros, han contribuido a sostener una cultura de la responsabilidad y el compromiso, cruciales para generar capital social. Sin embargo, se está extendiendo la idea de que esta cultura se está erosionando y cuando imaginamos el futuro de la colaboración y del tejido asociativo local prevalece la incertidumbre. ¿Pero estamos haciendo el diagnóstico correcto?

Este proyecto busca comprender el fenómeno de la "falta de participación", sin cuya comprensión profunda será poco probable que se puedan abordar iniciativas exitosas para promover la participación. En este sentido, el proyecto pretende comprender e interpretar las opiniones de la juventud y promover el diálogo entre personas y organizaciones de diferentes generaciones, desde la convicción de que tenemos mucho que aprender unas de otras. En el mismo sentido, el proyecto tendrá en cuenta las características sociodemográficas de las personas participantes, y en particular las relacionadas con el género, estrato social y origen. El objetivo general es transmitir, comprender y renovar buenas prácticas, a través de la comprensión de las razones de los y las jóvenes y aumentando la capacidad de reflexión cognitiva, moral y afectiva-emocional de las personas y organizaciones, para que se revitalice la cultura de la participación en nuestra comunidad.

Con esta finalidad, hemos optado por escoger un caso que, atendiendo a factores sociológicos, pueda resultar de especial interés para comprender en profundidad el fenómeno de la (falta de) participación. Concretamente, el sujeto de nuestro estudio es Lasarte-Oria, un pueblo en el que factores sociológicos, económicos y demográficos confluyen para convertirlo en un caso adecuado para este análisis —y que, eventualmente, nos permitirá escalar sus aprendizajes—. Se trata de una localidad con un ecosistema participativo de gran vitalidad, pero donde se dan cita factores clave de la bajada de la participación que encontramos tanto en Gipuzkoa como a nivel mundial.

¿Cómo lo hacemos?

Nuestro proyecto comienza con un proceso de reflexión teórica y una identificación de las teorías explicativas que han arrojado luz sobre el reto de la falta de participación, sin embargo, el proyecto adoptará todo su sentido en el trabajo de campo.

Teniendo en cuenta nuestro objetivo, la iniciativa necesitará contar con la participación de asociaciones y entidades locales, pero también con la voz de las personas jóvenes del pueblo. Para realizar el estudio, en una primera fase, nos reuniremos con agentes locales de distintos ámbitos con la finalidad de conocer sus preocupaciones, necesidades y experiencias, así como acceder a las expectativas que tienen puestas en el proceso. Partiendo de este primer contacto pasaremos a la deliberación y reflexión en torno a la cultura de la participación en sesiones de trabajo o grupos de discusión sectoriales. Hemos definido ocho ámbitos que se corresponden con las principales iniciativas que tienen lugar en el pueblo, aunque su número puede aumentar conforme avance el proyecto: euskera, cultura, convivencia, deporte, activismo, cuidados, comercio local y política local. En una segunda fase se realizará un cuestionario especializado que recoja las tendencias actuales en materia de participación y democracia que sea capaz de testar nuestras hipótesis, basadas en la literatura. Esta encuesta se pasará a dos muestras poblacionales distintas. La primera es una muestra ad hoc de más de cien personas con recorrido en la vida asociativa y la participación social de la localidad. La segunda es una muestra representativa del conjunto de la población de Lasarte-Oria. Este contraste permitirá conocer las evaluaciones de ambos grupos y constituye una oportunidad pionera para entender la participación social en nuestro entorno.

Finalmente, en la tercera fase tendremos como objetivo conocer la opinión de los jóvenes sobre este reto mediante grupos de discusión. A través de la información y el conocimiento recabados a lo largo del proceso, pretendemos lograr la mayor variedad posible de perspectivas sobre la problemática, para ofrecer un análisis completo. Esto también supondrá la puesta en diálogo de la perspectiva de las personas jóvenes con las del asociacionismo y las instituciones, una dinámica de escucha necesaria para revitalizar nuestra cultura participativa .

Finalmente, en la tercera fase tendremos como objetivo conocer la opinión de los jóvenes sobre este reto mediante grupos de discusión. A través de la información y el conocimiento recabados a lo largo del proceso, pretendemos lograr la mayor variedad posible de perspectivas sobre la problemática, para ofrecer un análisis completo. Esto también supondrá la puesta en diálogo de la perspectiva de las personas jóvenes con las del asociacionismo y las instituciones, una dinámica de escucha necesaria para revitalizar nuestra cultura participativa.

¿Qué nos puede aportar?

Las buenas prácticas en las que se ha concretado la colaboración en nuestros pueblos nos ofrecen aprendizajes imprescindibles. De ahí que el principal valor del estudio radique en su posibilidad de poner en circulación este saber para activar e inspirar la acción conjunta de jóvenes, asociaciones e instituciones. La desconexión, la soledad o el debilitamiento de la comunidad pueden generar indefensión, falta de interés y una pérdida de la participación generalizada. Por eso queremos conocer en profundidad las razones de este fenómeno. Esta exploración también buscará trazar relaciones con otras experiencias y contrastar el sentido de sus hallazgos con pueblos y ciudades de nuestro entorno donde éstos puedan ser útiles. De cara al futuro, aspiramos a transmitir los aprendizajes que se extraigan de este proyecto a otras comunidades que en Gipuzkoa estén viviendo una situación similar y poder escalar y extender estas prácticas de escucha. Pensamos que es posible reforzar nuestra democracia de proximidad, cuidar de las relaciones que se dan en nuestra comunidad y dar pasos incipientes en la construcción de la gobernanza colaborativa local que está por venir.